Los estudiantes que hacemos parte del programa Plan Semilla de Paz, nos desplazamos hacia la ciudad de Cali el pasado 25 y 26 de agosto del presente año. Para los estudiantes que hacemos parte del programa, conocer aquellas personas que hacen posible que nuestros sueños se hagan realidad, nuestros Padrinos, era más que un sueño lejano, al igual que conocer las instalaciones de Smurfit Kappa Colombia. Para algunos fue muy emocionante por ser la primera vez que visitaban este lugar.
Compartir una tarde recreativa con los estudiantes de los dos ITAF del Darién y Cajibío fue otra experiencia colosal. Nuestro hospedaje en el hotel Torre de Cali, hizo que nos sintiéramos como las personas más importantes, cuartos muy pero muy cómodos, una deliciosa cena, haber disfrutado de una vista espectacular de la ciudad desde el cuarenta y un piso, experimentando un delicioso vértigo. Pero el día más ansioso llegó, la salida rumbo a Yumbo, todos imaginábamos el gran encuentro con nuestros padrinos quienes con un gesto generoso y desinteresado nos han apadrinado, brindándonos su apoyo económico para continuar con esos sueños que aspiramos algún día lleguen a feliz término.

La cita se dio y para algunos estudiantes el encuentro fue lo máximo, pues nuestros padrinos estaban ahí para estrecharnos las manos, pero para otros compañeros fue frustrante, pues no estaban aquellas personas que tanto anhelaban ver para expresarles en vivo y en directo sus agradecimientos y así ofrecerles un pequeño detalle que con mucho cariño habíamos realizado para cada uno de ellos, pero eso no truncó nuestra felicidad, ya que pudimos compartir con otras personas y muy seguramente vendrán otros encuentros.
Para cada uno de nosotros fue una experiencia única e inolvidable, pues fuimos tratados como los jóvenes campesinos que somos, comprometidos, echados para adelante y apasionados por nuestra educación, para hacer de nuestro país un mundo lleno de más oportunidades.
Finalmente, agradecemos a todas las personas que hicieron posible que este sueño anhelado se hiciera realidad.
Para cada uno de nosotros fue una experiencia única e inolvidable, pues fuimos tratados como los jóvenes campesinos que somos, comprometidos, echados para adelante y apasionados por nuestra educación, para hacer de nuestro país un mundo lleno de más oportunidades.
Finalmente, agradecemos a todas las personas que hicieron posible que este sueño anhelado se hiciera realidad.
Escrito por: Estudiantes becados.